Que sin árboles no hay vida es algo que tenemos bastante claro.
Que los árboles además de darnos oxigeno, regular el clima, llamar a la lluvia para que venga a regarnos y desintoxicarnos, evitar la erosión del terreno, ser hogar de diferentes animales, enriquecer la calidad del suelo, nos regalan olores, sabores, conexión con la tierra y sonidos (personalmente me encanta la música que componen junto a la brisa).
Los necesitamos vaya que sí.
Mis cuadernos se llenan de bosques de palabras, pero yo con ellos y contigo quiero llenar terrenos de bosques con tronco y ramas de los únicos que nos pueden salvar en un futuro incierto.
Müsgo colabora con la asociación Micorriza que se dedica en la provincia de Guadalajara a repoblar -que la mayoría de las veces lo hagan con olmos como mi apellido es una maravillosa casualidad- y repoblar no es sólo plantar árboles, es asegurarse de que aquello que plantan se mantiene y sigue creciendo.
Por eso es importante para ellos hacer plantaciones pequeñas sabiendo que las podrán mantener para sacarlas adelante.
Cada vez que compres un cuaderno quiero que sepas que una pequeña parte va destinada a Micorriza para ayudarles a crear arboledas.
Si quieres saber más sobre ellos, sus proyectos y actividades te invito a que mires su web, además puedes hacerte socia.
Su nombre es muy evocador, una micorriza es una simbiosis entre hongos y raíces, en esta amistad cada una ofrece lo que le sobra y recibe de la otra lo que le falta, maravillosa reciprocidad ¿verdad?
Colaborar con ellos es una razón poderosa para hacer müsgo, cuadernos con mucha vida y de pensar en un futuro posible ¿no crees?