Este estuche a juego del cuaderno entelado «El jardín Secreto» tiene un estampado que me ha traído un recuerdo a la memoria y he querido compartir contigo:
El jardín secreto es una película que me encantaba cuando era niña: un jardín escondido, con una llave y un misterio que una chica llamada Mary acaba descubriendo.
Pero yo también tuve mi jardín secreto y esta enredadera en bucle me lleva a él.
No he vivido veranos de mi infancia en un pueblo,
pero he tenido dentro de la ciudad en la que habito un espacio que ha hecho esa función,
teníamos piscina donde siempre acudíamos los mismos,
casas en las que entrabas y salías y todos nos conocíamos,
carretera con poquísimo tráfico, una iglesia con una plazoleta… no era un pueblo pero lo parecía.
Y ahí en un lado, había un enorme jardín al que no se podía acceder, estaba bordeado por un muro y sólo había una puerta con llave que siempre estaba cerrada.
Era tan grande, tan exuberante, tan bonito, tan prohibido que yo quería entrar, pasear por él, no entendía porque estaba cerrado.
Un día se lo propuse a un amigo y entramos,
con el corazón a mil saltamos el muro en la parte más baja y paseamos entre maleza, árboles, árboles y más árboles.
En una estructura semicircular en la que se enroscaban todo tipo de trepadoras que me pareció tan sugerente, tan preciosa, tan decadente a la vez.
Salimos de allí nerviosos por haber cruzado ese espacio prohibido pero que hizo de la excursión algo muy excitante y me dejó un maravilloso recuerdo.
Hoy ese jardín está limpio y cuidado, abierto al público y conserva esa bóveda vegetal, de la misma manera sugerente, preciosa y decadente a la vez.
El jardín secreto: cuaderno y estuche a juego, lleno de vida interior.
Reviews
There are no reviews yet.